Respondiendo a la excelente iniciativa de @anri y su equipo de jueces conformado por: Curadores del Concurso: @r2cornell, @nikalaich, @konti, @elenka y @anri y Jueces del Concurso: @evgeniy, @elenka y @anri , hoy propongo compartir con todos los usuarios una receta muy particular que ha podido permanecer (casi) inalterable a lo largo del tiempo, con un origen no del todo definido, que algunos autores incluso sitúan en la antigua Arabia.
Como ya había dicho antes en la primera parte de este concurso dedicado a las comidas típicas de un país, tengo dos orígenes: italiano y argentino. E incluso he vivido la mitad de mi vida en ambos países, por eso la expresión ítalo-argentino me encaja perfectamente.
Pero, aparte de haber asimilado ambas culturas en sentido positivo, he conseguido adquirir una verdadera cultura gastronómica en el país europeo. De hecho, en Italia, cocinar (y comer) se considera casi un arte. No es casualidad que el principal libro de cocina de ese país -de Pellegrino Artusi- se llame La scienza in cucina e l'arte di mangiar bene (La ciencia en la cocina y el arte de comer bien).
Digo esto porque este concurso que admite dos publicaciones por autor me permite cumplir con ambos requisitos, cada uno referido a un país diferente, comenzando por el país donde nació mi padre: Italia.
Termino esta breve introducción con unas indicaciones concretas de la receta (un postre) para pasar al paso a paso de su preparación.
El protagonista de esta receta es un pastel muy famoso, típico de la tradición culinaria mediterránea: su majestad la cassata siciliana.
Un postre de origen árabe que en el pasado se elaboraba para la época de Semana Santa, pero que hoy en día se consume durante todo el año. Elaborado con una base de bizcocho, enriquecido con un relleno de ricotta procesada con azúcar y fruta confitada, este postre se cubre luego con una capa de pasta de pistacho o almendra, luego una cobertura blanca que se decorará a su vez con fruta confitada.
El manjar que te proponemos hacer hoy estará enriquecido con un relleno sumamente delicioso, que obtendrás con queso ricotta.
Aparentemente simple de hacer, en realidad, para prepararla de la mejor manera, la cassata requiere mucha atención.
La receta.
Para el envoltorio:
400 g aprox. de bizcocho
300 g de mazapán verde
unas cucharadas de sirope de azúcar
Para el llenado:
700 g de queso ricotta
350 g de azúcar granulada
150 g de frutas confitadas variadas
un puñado de pepitas de chocolate
Para el glaseado:
300 g de azúcar
glas zumo de limón
2 cucharadas de gelatina de albaricoque
frutas confitadas variadas zuccata (calabaza blanca confitada)
- Para preparar la cassata siciliana primero equípese con un bol, luego en su interior mezcle el queso ricotta con el azúcar y trabaje hasta obtener una crema suave, tersa y espumosa.
- A continuación, añadir la fruta confitada troceada y las pepitas de chocolate.
- En este punto mezclar todo bien.
- Cuando termines, corta el bizcocho en rodajas finas.
- Luego, con la ayuda de un rodillo, extienda el mazapán hasta que tenga aproximadamente medio centímetro de espesor.
- Una vez estirado el mazapán, procedemos a forrar con papel de horno un molde para tartas de bordes acampanados de 26 centímetros de diámetro.
- Luego forrar el fondo con las rebanadas de bizcocho, colocándolas una al lado de la otra y sin dejar huecos.
- Para forrar la pared, procede a recortar pequeños rectángulos del mismo tamaño tanto del bizcocho como del mazapán, luego colócalos alrededor alternando los colores.
- En este punto rociar muy ligeramente el bizcocho con el sirope de azúcar.
- Finalmente vierta la crema de ricotta hecha anteriormente en el molde para pasteles.
- Después de eso, nivelarlo.
- Una vez nivelada la crema rebozar toda la superficie con bizcocho, y cuando esté lista.
- Colocar encima un disco de papel de horno y finalmente un disco de cartón.
- Habiendo arreglado todo, presione ligeramente la preparación con la mano abierta para que la crema se asiente bien.
- Luego coloque el pastel en el refrigerador para que se endurezca durante unas horas.
- Mientras tanto, cuida el glaseado.
- Tamizar el azúcar en polvo dentro de un tazón y, revolviendo constantemente.
- Dilúyalo con el jugo de limón colado, vertiendo unas gotas a la vez hasta que el glaseado haya adquirido la densidad adecuada.
- Una vez terminado este paso, diluir la gelatina de albaricoque con una gota de agua, luego derretirla manteniéndola a fuego muy suave.
- Termine su cassata siciliana sacando el molde con el pastel del refrigerador.
- Una vez retirado, inviértalo sobre un plato plano para servir, dejando el disco de cartón debajo.
- En este punto, pinta toda la superficie de la tarta con una fina capa de gelatina diluida.
- Luego vierta el glaseado en el centro y, con una espátula, extiéndalo, cubriendo toda la cassata.
Decoración.
- Ahora dedícate a la decoración: teniendo en cuenta que la decoración con la fruta confitada se debe hacer antes de que se seque el glaseado, para que el glaseado actúe como pegamento.
- La decoración tradicional de la cassata es muy "barroca" y sus colores son chillones.
- Tiras de zuccata, largas, delgadas y curvas, simulan los pétalos de una flor, mientras que la otra fruta confitada se dispone armónicamente para cubrir los espacios.
Y para empezar, ¡qué mejor que probar un trozo de esta deliciosa tarta!
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