Frescas o asadas. En mermeladas y compotas. Como sorbetes y cremas, con helado, en macedonias...
Hay muchas maneras de preparar postres caseros con las frutas como protagonistas.
La
clave para que estas recetas funcionen en Navidad está en darles un
toque colorido, elegante y que permita tenerlas hechas de antemano,
para que todo el trabajo consista en emplatar y servir.
1. Crepes con frutas.
Una buena idea pasa por preparar unos crepes antes de la comida o la
cena y reservarlos en la cocina hasta el momento del postre. Se
calientan un poco antes en el horno y se rellenan con un yogur muy
frío. Sobre este relleno se monta una macedonia de frutas variadas, de
manera que se combinan dos alimentos muy sanos y digestivos, como el
yogur y la fruta fresca. El toque navideño se da con unos granitos de
granada o de frutos rojos para terminar de decorar.
2. Tarta con frutas.
Una tarta sencilla con frutas de temporada -como la manzana o las
peras- puede ser una buena opción para acabar de manera dulce una gran
comida. Para ello hay que preparar una base de hojaldre, espolvorearla
ligeramente con azúcar y hornearla. Una vez horneada, se rompe esta
base de forma irregular. Sobre cada trozo de hojaldre se colocan
trocitos de frutas que se habrán asado con anterioridad o cocinado y
escurrido (si se hacen en compota, por ejemplo). Junto a la fruta y
sobre el hojaldre, se pone una bolita de sorbete de fresas o de limón y
¡listo! Una tarta rápida y sencilla de elaborar.
3. Macedonias.
Las ensaladas de frutas no pueden faltar en una comida familiar. En
cuanto a la presentación, se pueden preparar desde unas sencillas
brochetas hasta unas copitas y boles individuales, donde se pondrán las
frutas limpias y troceadas (con ayuda de un pequeño sacabolas para las
frutas más carnosas, como la manzana, el melón o el melocotón). Otra
opción muy original y vistosa es presentar las macedonias dentro de las
cáscaras de frutas, ahuecadas, a modo de recipiente. Las naranjas, por
su consistencia, son una buena alternativa para ello.
4. Frutas con especias.
Algunas frutas, como la piña o el kiwi, resultan muy refrescantes tras
una cena o una comida de Navidad, pero también son bienvenidas en los
días intermedios. Si se quiere dar un toque de sofisticación a la piña,
se puede elaborar con una pizca de azafrán o de pimienta. Para ello,
hay que pelar y cortar la piña en rodajas finas y colocarlas en el
fondo del plato. También se hace un almíbar con azúcar, los jugos de la
piña y unas gotas de agua. Cuando comience a hervir y el almíbar esté
en punto hebra floja, se agregan los filamentos de azafrán y se deja que
dé un hervor. Se pone un toque de pimienta y se saca del fuego para
que repose como si fuese una infusión. Una vez templado el almíbar, se
glasean las rodajas de piña y se dejan para que reposen de esa manera
durante una hora en el frigorífico. Se sirve fresco.
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